Aprende a leer los datos en las etiquetas nutricionales

Aprende a leer los datos en las etiquetas nutricionales

Nutrición17 / 06 / 2020

¿Qué es el etiquetado de alimentos?

Aprender a leer datos nutricionales no te parecerá nada fácil, pero te explicaremos lo necesario para que puedas hacerlo rápidamente.

El prestar especial atención a la lectura de etiquetas de alimento es de vital importancia, ya que de este modo establecemos un diálogo entre el producto conociendo sus características individuales, los posibles riesgos o beneficios para nuestra salud.

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Importancia de leer la información nutricional

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Entre los motivos por los cuales debemos aprender acerca de la lectura del etiquetado resaltamos las siguientes.

• Conocer la información detallada del contenido nutricional e ingredientes de un producto lo que te permite comparar entre similares. También sirve para evaluar la calidad del producto e identificar si esta justifica su costo.

• Evaluar las porciones contenidas en el producto y compararlas con los requerimientos individuales propios.

• Establecer un control de la cantidad de energía y calidad de esta, consumida en un alimento industrializado.

• Identificar si algún alimento es buena fuente de vitaminas y minerales de acuerdo con la declaración del porcentaje de la ingesta diaria recomendada.

Entre muchos otros motivos del por qué leer el etiquetado nutricional, debes tener en cuenta las características individuales, sobre todo si se tiene alguna enfermedad; analizar si este producto implica un riesgo especial para la salud, perjudicando o bien beneficiando el consumo de este.

¿Cómo leer la información nutricional de las etiquetas?

Identificar las partes de la etiqueta:

• Nombre distintivo o arca comercial: este es el nombre que nos otorga la industria para dar a conocer su producto. Nos sirve de imagen y presentación del mismo; y en la mayoría de los casos suele estar acompañado de algún logotipo y forma parte de la imagen del producto.

Denominación o nombre del producto: es el nombre del contenido en el envase del producto y con lo cual nosotros sabemos qué alimento es, por ejemplo: queso, yogurt, papas fritas.

Declaración de propiedades particulares: en algunos casos el producto suele tener una leyenda para resaltar que su producto aporta algún beneficio particular al ser ingerido, como por ejemplo: bajo en grasas saturadas, libre de conservadores artificiales, 100 % orgánico.

Cantidad del producto (pueden ser medidas propias): esta cantidad por lo general es expresada en mediciones del sistema métrico estandarizado, como gramos o mililitros; y en otras ocasiones, puede estar expresada en piezas o medidas particulares del producto.

Instrucciones de uso del producto: estas se ocupan en productos, por lo regular, poco conocidos, nuevos o que requieren de un manejo y cuidado especial para obtener características específicas deseadas del producto. Pueden ser en un solo paso o varios, por ejemplo: “agítese antes de usar”

Leyenda precautoria o prevención de un ingrediente (genera riesgo a la salud): es expresada en breves palabras y menciona algunas implicaciones, o algunos ingredientes que pueden ser riesgo para la salud, como por ejemplo: “este producto puede contener trazas de nuez”; previniendo que un posible consumidor tenga alergia consuma el producto.

Lista de ingredientes: aquí se expresan a detalle cada uno de los ingredientes que integra el producto, recordando que el primer ingrediente en la lista es el de mayor contenido referente a los últimos mencionados.

País de origen, nombre y domicilio fiscal: este nos va indicar la procedencia y el lugar exacto, así como en algunos casos los medios de contacto para localizar al proveedor de este producto.

Identificación del lote: este dato hace referencia para identificar exactamente en qué tiempo se hizo y en el cual fue elaborado.

Fecha de caducidad: indica la fecha límite de consumo de un producto, en donde su consumo no va a implicar un riesgo para la salud.

Fecha de consumo preferente: indica el tiempo límite en el cual podemos disfrutar de las características organolépticas ideales del producto.

Lectura del etiquetado frontal

En este apartado se obtiene información de modo breve y rápida del producto y de los ingredientes que representan algún riesgo para la salud, en los cuales se destaca:

1.       La cantidad total del producto

2.       Las porciones del producto

3.       Porcentaje de los nutrimentos diarios: grasas saturadas, otras grasas, azúcares totales, sodio, energía

Si el porcentaje indicado de los nutrimentos diarios es del 5% o menor a este, significa que tiene pocas cantidades, por lo cual no debería implicar algún riesgo para la salud.

Si el porcentaje indicado de los nutrimentos diarios es mayor o igual al 20% significa que es un producto con elevadas cantidades de este. Por lo cual debería considerarse evitar este producto por las implicaciones qué puede tener en la salud del consumidor.

Lectura de las etiquetas de alimentos

Es la descripción del contenido de nutrimentos de un alimento o bebida no alcohólica. Las cantidades se expresan por 100 g, 100 ml, porción sugerida o por empaque cuando el envase contenga solo una porción contiene:

–          Contenido de vitaminas y minerales

–          Especificación del tipo de grasa: poliinsaturada, monoinsaturada, ácidos grasos trans y colesterol.

–          Especificación del tipo de hidratos de carbono: azúcares, almidones, polialcoholes o poli dextrosas.

Para ello es necesario expresarlo conforme a los colores del semáforo, en especial de aquellos nutrientes que pueden representar un riesgo para la salud:

Pasos para realizar la evaluación:

1)      Revisa la lista de ingredientes: en especial si hay ingredientes los cuales puedan implicar un riesgo para la salud, como una intolerancia o una alergia, de ser así estos deben evitarse.

2)      Verifica el tamaño de porción: es muy importante verificar que el contenido de la información nutrimental es referente al tamaño de porción, y en muchas ocasiones, no al total del contenido del empaque

Evaluar cantidad de nutrientes conforme a los colores del semáforo

Rojo: preferible evitar por el riego que implica a la salud y es elevado en este nutriente.

Amarillo: su contenido no es bajo ni moderado, por lo cual su consumo debería de ser casual, y no muy frecuente

Verde: este producto es bajo en determinado nutrimento, por lo cual no es representativo y no se debe preocupar por su consumo en las porciones señaladas.

Según contenido energético

Es rojo si: es mayor a 100 kcal
Es amarillo si: tiene de 40 a 99 kcal
Es verde: es menor a 40 kcal

Según grasas totales (grasas saturadas y grasas trans) – (hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas)

Es rojo si: es mayor a 3 g por porción
Es amarillo si: tiene de 1.1 a 2.9 g
Es verde: si su contenido de grasas es menor a 1 g

Según su contenido de sodio

Es rojo si: es mayor a 20 mg
Es amarillo si: contiene de 141 mg a 249 mg
Es verde: si su contenido es menor a 140 mg

Evalúa el contenido de azúcares

Es rojo si: contiene 20 g o más
Es amarillo si: aporte de 11 g a 19 g
Es verde: si su contenido es menor a 10 g

Evalúa el aporte de Fibra

Es preferible que un producto contenga fibra, en especial si contiene azucares refinados. Ya que va a retrasar su absorción y se recomienda que tenga de un 2.5 a 4.9 gramos por porción.

Información nutricional adicional: ¿qué hay de la proteína?

Se considera con un aporte normoproteico y adecuado si el producto tiene como máximo 20 gramos por porción. Se considera un producto hiperproteico cuando de rebasa de estos 20 gramos, por lo que solamente debería consumirse en situaciones específicas y necesarias de cada persona.

Evalúa los porcentajes de vitaminas y minerales

En la lista de la información de valores nutricionales, por lo general también se colocan los porcentajes correspondientes; y puedes compararlos con la Guía del 5% / 20% del etiquetado frontal.

Recomendación final

Ten en cuenta que las etiquetas nutricionales frontales toman como referencia un promedio de 2000 kcal para obtener los porcentajes de consumo, por lo cual se debe de tomar en cuenta el requerimiento calórico individual; en especial en niños, ya que su requerimiento suele ser menor a los de un adulto promedio.

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