Al que anda entre la miel, ¡Algo se le pega! Te compartimos un poco de la historia de la miel.
Cocina19 / 10 / 2017
La miel común proviene del trabajo incansable de los “ángeles de la agricultura”, las abejas europeas (Apis mellifera,) que fueron domesticadas en el Cercano Oriente hace varios miles de años. Las abejas obreras extraen y procesan el néctar de las flores para luego transformarla dentro de sus cuerpos en una versión espesa y rica en azúcares que se puede almacenar durante periodos extensos de tiempo. Este ingrediente ayuda a sobrevivir a la colmena durante las épocas frías en que su dulce sustento escasea. 
Aunque durante la Antigüedad en las Américas y el África se conocían las mieles de abejas tropicales salvajes, la mellifera es la única abeja “domesticada”. Las primeras evidencias de panales artificiales hechos de cerámica ocurren en jeroglifos egipcios que datan de hace 4000 años atrás. Hasta el siglo XVI fue el edulcorante principal para gran parte de Europa. Junto con la exploración y conquista de gran parte del mundo por las naciones de Europa se produjo la propagación de esta especie de abejas a todos los continentes. Pero la miel no se obtiene únicamente de las abejas, también se logra procesando la savia de algunos árboles, como el arce, logrando ese sabor tan característico y exquisito. Las grandes civilizaciones de la antigüedad (egipcios, griegos y romanos) utilizaban la miel como edulcorante en su comida diaria. La mezclaban con la mayoría de sus preparaciones, obviando las distinciones entre lo salado y dulce de la cocina del presente. La división entre salado y dulce originada por este producto que en ese entonces no se empleaba fue un parte aguas en la gastronomía, muy similar a lo que ocurrió cuando empezó a utilizarse el fuego. Había nacido la repostería y con ello se modificó para siempre la cocina. Fuente: Tema Azúcares, edulcorantes y saborizantes, del Diplomado Introducción a la Pastelería, Panadería y Chocolatería Profesional. Si deseas más información solicítala aquí.
