Una heredera distinta del maíz

Una heredera distinta del maíz

Repostería22 / 03 / 2018

gastronomía una heredera distinta del maíz

El maíz nació del teocintle, un pasto silvestre que aún se encuentra por las regiones salvajes de Mesoamérica. Con el paso de los siglos este noble cereal viajó de mano en mano y su cultivo se diseminó por las tres Américas y el Caribe, antes de la llegada de los Conquistadores que lo introdujeron al resto del mundo. No hay símbolo de la comida mesoamericana como la tortilla de maíz, que es la síntesis del cereal esencial y la nixtamalización, técnica ancestral que mejoró el aprovechamiento de este ingrediente. Pero como decíamos, el maíz trascendió sus fronteras originales y se convirtió en la base de la alimentación de muchos pueblos al norte y al sur.

En este post repasaremos una preparación con raíces precolombinas que vienen de la zona de los Andes en Sudamérica. Una región que ha conservado vivas estas tradiciones y las vuelve a visitar a diario es lo que alguna vez se llamó la “Gran Colombia”, y que hoy comprende los países de Panamá, Colombia y Venezuela. Es justamente en este último país donde las arepas, aparte de las versiones con rellenos salados, se sirven en una versión dulce que es muy fácil de preparar con ingredientes que se encuentran a la mano. Resultan excelentes acompañadas de una taza de chocolate caliente, con el que suman para convertirse en una contundente merienda.

Arepitas dulces

Ingredientes

500         g             maíz nixtamalizado precocido (maíz pozolero)

100         g             miel de caña

3             c              anís en grano

1/2         c              sal

4 – 6       C             masa harina

c/n                         aceite vegetal neutro para freír

 

Procedimiento

  1. Preparar la mise en place.
  2. Moler el maíz en una procesadora de alimentos o un mortero hasta obtener una pasta consistente.
  3. Agregar miel de caña, anís en grano y sal. Mezclar en la procesadora o manualmente con una cuchara dentro de un recipiente (la mezcla resultará melosa) hasta incorporar perfectamente. Agregar la masa harina cucharada por cucharada, incorporando después de cada una, hasta obtener una masa consistente pero no seca.
  4. Dividir la masa en bolitas de 7 – 10 cm de diámetro. Aplanarlas con un rodillo hasta obtener arepas de 1 cm de grosor.
  5. Llenar una cacerola pequeña de aceite vegetal hasta un tercio. Calentar el aceite en una cacerola pequeña a fuego medio hasta que esté muy caliente (190 – 200°C), sin dejar que humee (dependiendo del tipo de aceite, el punto de humo varía. Los aceites refinados de maíz y girasol poseen puntos de humo altos, alrededor de 220°C, y son ideales para freír). Freír las arepas hasta que estén ligeramente doradas y abombadas. Sacar con una araña a un plato hondo con papel absorbente.

Presentación

  1. Originalmente estas arepitas se sriven con queso blanco fresco y una buena taza de chocolate caliente. También se pueden untar con mantequilla o acompañarse del “topping” que se desee.

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