Los niños y la cocina
Cocina13 / 09 / 2017
En esta ocasión nos es muy grato a todos los que colaboramos en Gastronómica Internacional homenajear a quienes serán los próximos líderes del país y guiarán a la tierra a un mejor futuro. Dedicamos nuestros artículos culinarios de la semana a las y los pequeños chefs en el Día del Niño con contenidos de gran relevancia para su formación y diversión. Porque la cocina se hizo para compartir y disfrutar en familia.
Permítanme abrir el tema platicándoles sobre por qué cuando los pequeños participan de los quehaceres culinarios esto trae beneficios en su educación y desarrollo, más allá de la diversión, que por sí sola es razón suficiente para invitar a los niños a la cocina.
Seguir una receta y llevarla paso a paso persiguiendo la creación de un manjar digno de los peques ayudará a desarrollar aptitudes tan esenciales como trabajar en equipo, algo esencial en las cocinas profesionales donde las tareas se asignan a diferentes brigadas para garantizar una línea eficiente de producción. Ayuda a nuestros niños a seguir instrucciones y analizarlas. Siempre intenta contestarle a un niño por qué debe desinfectar una lechuga antes de utilizarla o por qué debe pasar por harina y huevo un alimento para empanizarlo o rebozarlo, etc.
Algo que seguramente no les sorprenderá es que las habilidades que ponen a prueba los pequeños en la cocina ayudan a desarrollar su creatividad y afinar su motricidad fina. ¿No nos creen? Prueben elaborar una sencilla receta de galletas con sus peques y se darán cuenta de lo que hablamos.
Con el objetivo de combatir la pandemia de obesidad infantil que afecta a propios y a extraños, estas actividades pueden sembrar en nuestros niños el familiarizarse con el valor nutrimental de la dieta diaria. No es de extrañarse que a nuestros hijos les sea difícil probar cosas nuevas si no ayudamos a enriquecer sus paladares con ingredientes diferentes.
Otra lección importante cuando cocinamos con los pequeños son los valores morales y éticos: enseñamos a nuestros pequeños el valor de cada alimento. Cuando aprenden a no desperdiciar y aprovechar al máximo los ingredientes, esta una enseñanza vital para asegurar un futuro sustentable de nuestras sociedades.
¿Les hacen falta más razones? ¿Qué esperan entonces para colocarles un mandil a esos peques, ponerles una pala en mano y empezar a cocinar mejores seres humanos?
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